Este verano, gracias a mi mentora Concepción Rodríguez Fourquet y al programa de PRCEN junto con las colaboraciones con FIU y UPRRP, tuve la oportunidad de trabajar para una investigación. La misma consistió en estudiar la concentración de los ftalatos y su toxicidad en el comportamiento de las larvas de Cardisoma guanhumi. Dicho hecho me enseñó que la ciencia de por si es una maravilla en teoría, pero poder ir al campo y aplicarla genera otro nivel de satisfacción y perspectiva. Esto porque la investigación que estuvimos llevando a cabo fue con las larvas del organismo Cardisoma guanhumi (juey común), de los cuales se tienen muy pocos datos recolectados y, por tanto, fue retante el poder simular las condiciones de vida ambientales en el laboratorio. Además, para aplicar los ftalatos, que fueron los químicos a los que los expusimos, tuvimos que calcular sus distintas concentraciones considerando únicamente el lado teórico. Por lo que no supimos desde un inicio si eran en efecto las concentraciones que nosotros deseábamos. No obstante, en el caso de las larvas, luego de varios intentos logramos simular las condiciones ambientales hasta aplicar los tratamientos. Mientras que, en el caso de los químicos, fuimos al laboratorio de Ciencias Marinas con especialización en química en FIU, y utilizando sus maquinarias de espectroscopía de masa y cromatografía de gases, podremos determinar si nuestros cálculos fueron correctos o no. Sin duda, esta investigación será de gran importancia para todos, en especial los puertorriqueños, ya que, de haber efectos significativos, tendremos que reevaluar nuestras decisiones en cuanto al uso excesivo de los plásticos, las formas en las que los desechamos y sus repercusiones en general. Por último, en cuanto a mi persona, este proyecto me ayudó a crecer tanto en el ámbito profesional porque apliqué todo el conocimiento teórico acumulado desde que comencé el bachillerato como personal porque hice amistades en el proceso.